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Crónicas de la ineptitud: el baile de los mediocres candidatos, Humberto Aldana, Elda Xix y Mildred Ávila

* Frente a una oposición que pareciera estar más perdida que un pez en el árbol, Morena se prepara para encumbrar a estos personajes 

* Renán Sánchez Tajonar parece olvidar que la política, al menos la que merece ser recordada, se construye sobre logros y no sobre aspiraciones vacías

Por Joaquín Quiroz

Recordando la pasada legislatura federal, la que fue electa en 2018 con el efecto AMLO, un claro sinónimo de mediocridad donde pareciera que la selección de sus integrantes no se hizo por mérito, sino por el inusitado método “de tin, marín, de, do, pingüe”. Una legislatura donde, bajo el efecto casi místico de AMLO, vimos ascender a la palestra política a un ecléctico cuarteto de personajes que más bien parecían elegidos por un sorteo de lotería que por su probada capacidad legislativa.

Ahí estaban Patricia Palma, Mildred Ávila, Jesús Pool Moo y Adriana Teissier, nombres que quizá resonaron en los pasillos del Congreso más por el eco de su ausencia de acciones trascendentales que por alguna contribución significativa a la nación. Entre ellos, Jesús Pool Moo destaca no por su labor legislativa, sino por la danza partidista que lo llevó del Morena al PRI y, por un breve instante, al PRD, marcando su paso por la política con la misma trascendencia que dejaría un mosquito en el agua.

Mildred Ávila Vera, cuñada de Pool Moo, parece seguir una trayectoria marcada por la constancia en la mediocridad. Tras una actuación olvidable como legisladora federal, buscó refugio en una candidatura para legisladora local por Morena, donde su experiencia, más que abrirle puertas, pareciera condenarla a seguir vegetando en el anonimato legislativo.

Elda Xix, por su parte, emerge de las cenizas del desaparecido PANAL como quien colecciona derrotas en lugar de experiencias. Su salto a Morena, y su paso por la XVII Legislatura, quedaron marcados, más que por sus logros políticos, por los escándalos maritales de su progenie, demostrando que ni en el drama personal logra sobresalir.

Humberto Aldana, en su trono de ignorancia, destacó por su capacidad para generar problemas y derrochar recursos como si fueran confeti. Su gestión estuvo marcada por un desconocimiento tal de la ley, que haría pensar que su nombramiento fue el resultado de una broma pesada más que de un proceso de selección riguroso.

Y así, frente a una oposición que pareciera estar más perdida que un pez en el árbol, Morena se prepara para encumbrar a estos personajes a la Cámara de Diputados federal. 

Si algo hemos aprendido de este preludio es que, en el teatro de la política mexicana, la capacidad parece ser un adorno más que un requisito, prometiendo una legislatura federal que, siguiendo la tradición, brillará por su ineptitud tanto en lo local como en lo federal. 

En este escenario, uno no puede más que sentarse y contemplar el espectáculo, y preguntarse si esto es una estrategia maestra de entretenimiento o, simplemente, el reflejo de un sistema que necesita urgentemente una reinvención.

Las peripecias de Renán en el laberinto de la política

En los intrincados pasadizos de la política mexicana, donde los actores principales a menudo parecen confundir el servicio público con un juego de tronos personal, surgen personajes como Renán Sánchez Tajonar.

Renán Sánchez Tajonar, el autoproclamado líder de un partido cuyo logro más destacado parece ser el arte de la negociación electoral más que la defensa del medio ambiente, se presenta como un enigma para quienes luchan en Cozumel por recordar alguna contribución significativa suya más allá de sus aspiraciones políticas. Su paso por la Semarnat no dejó huellas de liderazgo ambiental, sino un legado de cuestionamientos y una gestión que, a falta de un mejor término, podríamos calificar de descolorida.

Con una obstinación digna de mejores causas, Renán intenta, una y otra vez, conquistar el edificio municipal de Cozumel, pero su desempeño como titular de la JUGOCOPO revela más ambiciones personales que capacidades políticas o legislativas. En este escenario, su figura se diluye entre las sombras de la mediocridad, donde los esfuerzos por dividir a su propio partido parecen ser su única hazaña destacable.

La rivalidad con Juanita Alonso, marcada por intentos tan desesperados como ineficaces por minar su posición política, sólo añade capítulos a la novela de su carrera, caracterizada por movimientos que parecen buscar más el drama que el verdadero liderazgo. Su estrategia de reclutar militancia sin discernimiento revela un deseo voraz por figuración sobre la sustancia, una táctica que, si bien puede llenar espacios en fotografías y mítines, difícilmente construye una base sólida para el verdadero liderazgo político.

La sombra de Gustavo Miranda, su mentor caído, planea sobre Renán, recordándonos que no siempre el aprendiz logra superar al maestro y, en su caso, parece no haber aprendido las lecciones más cruciales. Hoy, relegado a un papel secundario en la política local, busca una diputación que suena más a consuelo que a triunfo, una posición desde la cual sigue soñando con alturas que su desempeño pasado no justifica.

En su obsesión por ascender, Renán parece olvidar que la política, al menos la que merece ser recordada, se construye sobre logros y no sobre aspiraciones vacías. Mientras sus contemporáneos buscan escalar a la arena federal, él se encuentra atrapado en un ciclo de ambiciones locales, en una isla que, paradójicamente, parece quererlo lejos de cualquier cargo de voto. En este laberinto de su propia creación, Renán Sánchez Tajonar se perfila como un personaje cuya mayor lucha parece ser contra el olvido, un destino que, sin un cambio radical en su enfoque, parece estar más asegurado que cualquier cargo público.

Curva peligrosa…

En el paradisiaco escenario de Quintana Roo, específicamente en Cancún y Playa del Carmen, la llegada del gas natural es vista con buenos ojos por un sector de ambientalistas. Este grupo argumenta que, en comparación con los combustibles fósiles tradicionales, el gas natural presenta una huella de carbono significativamente menor, lo que podría traducirse en una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en estas zonas turísticas de alto impacto. Consideran que su utilización como fuente de energía podría ser un paso importante hacia la sustentabilidad, al ofrecer una alternativa más limpia que contribuye a la mitigación del cambio climático, un aspecto crítico para la preservación de los delicados ecosistemas marinos y terrestres de la región.

Por otro lado, estos ambientalistas destacan que la infraestructura necesaria para el suministro de gas natural en Cancún y Playa del Carmen podría ser diseñada e implementada siguiendo rigurosos estándares ambientales, minimizando así su impacto en el entorno natural. Subrayan la importancia de adoptar este recurso energético como una medida de transición hacia fuentes de energía renovables y sostenibles a largo plazo. En su visión, el gas natural no es el destino final, sino un eslabón crítico hacia un futuro energético más verde, que permitiría a estas ciudades turísticas avanzar hacia sus objetivos de sostenibilidad ambiental sin comprometer su desarrollo y competitividad turística.

Y recuerden… esto es sólo para informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario, el Whatsapp, el Facebook, X, la CFE, López, el Covid19, los troles y envidiosos nos lo permiten, nos leemos pronto, Dios mediante, pero que sea XLaLibre.

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