*Resulta lamentable ver cómo ciertos personajes de la política local siguen demostrando su falta de congruencia y doble moral
*La historia de Pedro Joaquín Delbouis en Cozumel es, sin duda, una tragicomedia política que parece no tener fin
Por Joaquín Quiroz Cervantes
Resulta lamentable ver cómo ciertos personajes de la política local siguen demostrando su falta de congruencia y doble moral. Ahí tenemos a Lidia Esther Rojas Fabro, quien pretende venderse como la salvadora de Chetumal. Sí, esa misma que parece creer que con una varita mágica podrá gobernar y solucionar todos los problemas de Othón P. Blanco con solo chasquear los dedos. La realidad, sin embargo, es otra: su nula experiencia en la administración pública y su pasado de tres años aplaudiendo ciegamente todo lo hecho por su entonces jefa, Yensunni Martínez, dejan claro que no tiene idea de lo que habla.
Es increíble cómo ahora, en temporada electoral, Lidia Esther se da cuenta de que todo estaba mal. Claro, qué conveniente. Y detrás de ella, una turba de ignorantes campeones de la incongruencia, esos que se quejan por deporte y han decidido atacar a Yensunni Martínez por su apariencia física. Estos “naranjas” no ven la viga en el ojo propio mientras denostan a otros. Y para añadir al circo, aparece Ivonne Ortega Pacheco, ex gobernadora de Yucatán y ahora “Fosfo fosfo”, haciendo una presencia nula y sin utilidad en Othón P. Blanco. Se nota que la señora no sabe nada de Quintana Roo ni de derecho electoral.
Los ataques a Yensunni por cambiar su apariencia son patéticos, especialmente viniendo de quienes parecen olvidar que Ivonne Ortega también cambió su aspecto físico en su tiempo de gobernadora, aunque sus cuentas monetarias no fueran muy claras. ¿Qué pensará doña Ivonne de que los othonenses destrocen en redes sociales a Yensunni? ¿Practicará eso de la sororidad y el feminismo o es solo una pose conveniente para ganar huesos políticos?
Mientras continúa el recuento de votos, sería interesante escuchar a Ivonne Ortega, la reina del tunning, dar su opinión sobre los seguidores de la ola naranja que apuntan y ofenden a la alcaldesa othonense y virtual ganadora de los comicios. ¿Será que la crítica y los sin sentidos son solo convenientes cuando les favorecen? En el norte se hacen acuerdos y se construyen carreras a la gubernatura, mientras, en el sur se sigue la grilla barata y la mediocridad burocrática.
Así es la triste realidad de la política local, un teatro de apariencias donde los protagonistas, como Lidia Esther y su séquito de incongruentes, siguen demostrando que la política es para ellos un mero juego de poder y no una verdadera vocación de servicio público.
El “Princeso” caído: Pedro Joaquín y su derrota en Cozumel
La historia de Pedro Joaquín Delbouis en Cozumel es, sin duda, una tragicomedia política que parece no tener fin. Dos veces al hilo, los cozumeleños han rechazado al “Princeso” o “Bandido”, como lo llama el presidente municipal electo, José Luis Chacón.
En tres elecciones, Pedro ha perdido dos, demostrando que no sólo es un pésimo candidato, sino también un mal perdedor.
Los números no mienten, aunque Pedro lo haga. Según el PREP, José Luis Chacón ganó por casi diez mil votos, barriendo con Pedro Joaquín y dejándolo mordiendo el polvo. A pesar de esta clara derrota, el nieto más torpe de Nassim Joaquín insiste en que no perdió de manera justa, sino de manera fraudulenta. Este capricho infantil solo evidencia su incapacidad para aceptar la realidad.
En un acto desesperado y vergonzoso, manos extrañas intentaron incendiar el sitio donde se resguardan los votos. No es difícil imaginar quiénes podrían estar detrás de este intento de quemar la democracia. Estos actos solo refuerzan la percepción de que algunos delitos en Cozumel son planeados o ejecutados por aquellos que no pueden ganar de manera honesta.
La rabieta de Pedro Joaquín no sorprende, pero es lamentable. Su padre, Pedro Joaquín Coldwell mantiene una sana distancia con su hijo perdedor, quien ha exhibido por segunda vez a los Joaquín como figuras no gratas en la isla de las golondrinas. La caída de Pedro es una triste historia en la política cozumeleña, donde su necedad solo ha servido para reforzar su imagen de perdedor.
Mientras tanto, José Luis Chacón sigue adelante, respaldado por una mayoría clara y contundente. Pedro Joaquín debería aprender que la política no es solo cuestión de linaje y nombre, sino de capacidad y aceptación popular. Pero parece que este “Princeso” aún no entiende que Cozumel ya ha decidido darle la espalda.
Curva peligrosa….
El gas natural que está por llegar a Cancún y Playa del Carmen no solo promete modernizar y eficientar el suministro energético de la región, también trae consigo una importante derrama de empleos.
La fase de instalación y puesta en marcha del proyecto ha generado numerosas oportunidades laborales, desde trabajos de construcción y técnicos especializados hasta roles administrativos y logísticos.
Una vez operativo, el sistema de gas natural seguirá creando empleos permanentes en el mantenimiento y operación de la infraestructura, beneficiando a la economía local y mejorando la calidad de vida de los habitantes.
Y recuerden… esto es sólo para informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario, el Whatsapp, el Facebook, X, la CFE, López, el Covid19, los troles y envidiosos nos lo permiten, nos leemos pronto, Dios mediante, pero que sea XLaLibre.
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