*Mara no solo ha sido una política, también es una comunicadora nata que sabe imprimirle a la función pública un toque humano y empático
Por Joaquín Quiroz Cervantes
El segundo informe de gobierno de Mara Lezama pasará a la historia como un parteaguas en la política de Quintana Roo. Con un enfoque genuino, que trasciende el discurso político tradicional, la gobernadora ha logrado conectar con el corazón de su gente, demostrando que su administración está hecha de carne y hueso, lejos de las frías simulaciones de antaño.
La diferencia con gobiernos anteriores es tan marcada que este informe es el testimonio viviente de una ruptura total con las épocas más oscuras de la administración estatal, específicamente con el gobierno de Carlos Joaquín, el tristemente célebre “Chespirito”, cuyos errores aún resuenan como un eco de negligencia.
Mara no solo ha sido una política, también es una comunicadora nata que sabe imprimirle a la función pública un toque humano y empático. En su discurso, más allá de las palabras cuidadosamente seleccionadas, dejó al descubierto una verdad incuestionable: este gobierno cambia vidas, toca corazones y transforma realidades.
La narrativa fue clara y poderosa: las acciones de su gobierno no solo son estadísticas, también son historias vivas de quintanarroenses beneficiados. La cumbre de su mensaje llegó cuando esos mismos ciudadanos subieron al escenario, testigos de carne y hueso del impacto positivo que ha dejado su gestión.
Lezama, con su sensibilidad y conocimiento de la oratoria, se convirtió en la voz de aquellos que en el pasado fueron olvidados por una administración que solo supo priorizar sus intereses.
Así, mostró al público las deplorables condiciones en las que Carlos Joaquín y su entonces compañera, Gabriela Rejón, dejaron el DIF en Cozumel. Lo que debía ser un refugio para los más vulnerables se convirtió en otro ejemplo más de desdén y saqueo. Hoy, bajo la dirección de Verónica Lezama, hermana incansable de Mara, el DIF ha renacido, y el servicio antes olvidado vuelve a ser la luz para aquellos que más lo necesitan.
En este informe, las historias humanas se entrelazaron con la política de una manera sin precedentes. Los testimonios de mujeres rescatadas de la violencia, de ciudadanos que encontraron atención médica oportuna, de familias que han recuperado la esperanza, hicieron de este evento algo más que una rendición de cuentas.
Fue un relato de transformación, de cómo Mara Lezama, desde el día uno, ha hecho todo lo posible por mejorar la vida de cada quintanarroense.
Pero el informe también fue un mensaje entre líneas, cargado de fuerza política. La gobernadora rompió definitivamente con el legado de su antecesor, revelando que el tan mencionado C5, uno de los proyectos estrella de la administración de Joaquín, no era más que una fachada vacía. “Olvidaron pagarlo”, comentó con firmeza, y ahora, bajo su gestión, el C5 no solo funciona, sino que está al servicio de la ciudadanía. Además: los fantasmas de la deuda y el desfalco, heredados por el exgobernador y su impresentable secretaria de finanzas, Yohanet Torres, han sido enfrentados por un equipo que, con Mara a la cabeza, ha restablecido el orden financiero del estado, pagando a proveedores y mejorando las calificaciones crediticias.
El cariño de Mara hacia su familia fue otro elemento central en este informe. Con la sencillez que la define, agradeció a sus padres, esposo e hijos, reconociendo en ellos su principal fortaleza.
Esta cercanía con su núcleo familiar es reflejo de su liderazgo, de la manera en que dirige un estado con la misma dedicación y amor que pone en su vida personal. No es casualidad que en la víspera del informe estuvieran presentes el presidente López Obrador y Claudia Sheinbaum, mostrando el respaldo total de la 4T hacia una mujer que ha hecho de Quintana Roo un pilar fundamental en la transformación nacional.
El mensaje final de Mara Lezama fue claro: los recientes triunfos electorales no son un cheque en blanco. Quienes han alcanzado el poder deben recordar que el verdadero mandato es servir al pueblo, y aquellos que se distraen en ambiciones personales tendrán que rendir cuentas. En Quintana Roo hay una jefa política y su nombre es Mara Lezama.
Al cierre del evento, la gobernadora dejó una imagen imborrable: una verbena popular donde ella, a ras de piso, abrazaba a su gente, mostrando que la política también puede ser cercana, cálida y humana.
Quintana Roo está viviendo una nueva era, una era donde Mara Lezama sigue escribiendo las páginas más brillantes de su historia moderna. Y lo hace con la fuerza, el corazón y la determinación de una verdadera líder.
Y recuerden… esto es sólo para informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario, el Whatsapp, el Facebook, X, la CFE, López, el Covid19, los troles y envidiosos nos lo permiten, nos leemos pronto, Dios mediante, pero que sea XLaLibre.
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