* Apodado “el bandido” por el próximo edil de Cozumel, José Luis Chacón, Pedrito se enfrenta a una inminente derrota en las urnas
* Jissel Castro ha dejado claro que su objetivo es promover una cultura institucional de igualdad de género
Por Joaquín Quiroz Cervantes
Diego Castañón avanza con toda la fuerza en Tulum, consolidando su posición como un líder local y un contendiente serio en las grandes ligas de la Cuarta Transformación.
Mientras la campaña de Castañón cierra con un estruendoso apoyo, sumando adeptos y voluntades, el futuro se vislumbra sombrío para Jorge Portilla Mánica, el futuro regidor naranja que parece atrapado en un ciclo interminable de autoderrota y desilusión.
Diego Castañón ha demostrado ser un político astuto y carismático, capaz de atraer y movilizar a las masas. Su campaña ha sido un ejemplo de organización y estrategia, capturando la esencia de Tulum y sus aspiraciones.
Cada mitin, cada discurso, ha resonado profundamente con los ciudadanos, cimentando su popularidad y estableciéndolo como la opción más viable para las próximas elecciones. Su capacidad para unificar y liderar es innegable, y su ascenso meteórico en la política local es testimonio de su habilidad para conectarse con la gente.
En contraste, Jorge Portilla Mánica se presenta como el epítome de la incongruencia política. Aunque se autoproclama tulumnense de corazón, su arraigo en la comunidad es cuestionable, ya que ni él ni su familia han vivido o estudiado en Tulum; son, en esencia, cancunenses.
Portilla, quien se postula nuevamente para regidor, tiene un historial de abandono de sus responsabilidades. En 2016, dejó botada su regiduría tras una desastrosa campaña electoral. Hoy, la historia parece repetirse.
Los Heraldos de XLaLibre indican que Portilla, fiel a su estilo, empieza fuerte y promete cambios, pero su falta de liderazgo y carisma termina por alienar a sus seguidores. La avaricia lo consume, y cuando ve que su campaña no despega, deja de pagar a su equipo, traicionando a aquellos que dejaron todo por apoyarlo. Su patrón de autosabotaje y fracaso es evidente para cualquiera que haya seguido su carrera política.
Tulum ha decidido y su elección es clara: Diego Castañón. Portilla, por su parte, se hunde en la mediocridad. Sus antecedentes como secretario del ayuntamiento, director de Turismo, Desarrollo social y secretario de la desaparecida SINTRA, están marcados por una falta de logros notables. Ha sido y sigue siendo un político sin pena ni gloria, un personaje más en el vasto espectro de la política que no logra destacar.
El domingo por la noche, las caras largas y frustradas de los seguidores de Portilla serán un reflejo de su incapacidad para liderar y de su tendencia a hacer perder el tiempo a quienes confían en él. Mientras Portilla contará sus millones heredados, sus seguidores se enfrentarán a deudas y puertas cerradas, víctimas de su falsa promesa de cambio. En Tulum, el futuro pertenece a líderes como Diego Castañón, que saben unir, inspirar y cumplir con su palabra, no a oportunistas como Jorge Portilla Mánica.
Pedrito Joaquín: bandido en desesperación y la caída de una dinastía política
En la incesante vorágine de la política cozumeleña, el personaje de Pedrito Joaquín se ha convertido en el epicentro de controversias y burlas. Apodado “el bandido” por el próximo edil de Cozumel, José Luis Chacón, Pedrito se enfrenta a una inminente derrota en las urnas.
Sin el respaldo de su propio padre, don Pedro Joaquín Coldwell, quien ni siquiera se ha molestado en caminar junto a su vástago por la isla, el panorama es desolador. La ausencia de apoyo paternal no es casualidad; don Pedro, con su vasta experiencia política, sabe que su hijo está destinado a perder nuevamente, una situación que seguramente llena de vergüenza a la familia Joaquín.
En un desesperado intento por resucitar su fallida campaña, Pedrito ha recurrido a su pariente Gustavo Ortega Joaquín, otro nombre que trae malos recuerdos a los cozumeleños. Gustavo, quien abandonó la política tras un trienio desastroso para dedicarse al cultivo de vino, ha tenido más éxito entre las vides que en las urnas. Sin embargo, su incursión en la campaña de Pedrito solo ha servido para recordar a los ciudadanos el legado de ineptitud que acompaña a esta familia.
Durante una de sus desafortunadas caminatas políticas, Gustavo Ortega cometió el error de afirmar que su familia ha forjado un estado de políticos de primer nivel. Esta afirmación podría aplicarse únicamente a Pedro Joaquín Coldwell, pero ciertamente no a Gustavo, ni a su primo Carlos Joaquín, apodado Chespirito, ni mucho menos a Pedrito, el Bandido. Estos personajes han sido, en su mayoría, rechazados por la ciudadanía, y sus carreras están marcadas por el fracaso y la mediocridad.
La soberbia de estos supuestos virreyes, convencidos de su infalible sapiencia política, es evidente en la desesperada campaña de Pedrito. Sin embargo, la realidad es que su intento por mantenerse relevante está condenado al fracaso. El próximo domingo, cuando los votos se cuenten, Pedrito se verá relegado a un puesto en el cabildo presidido por José Luis Chacón, un destino que subraya su incapacidad para liderar y su alejamiento de la verdadera política.
La campaña de Pedrito Joaquín es un reflejo de una dinastía en decadencia, un recordatorio de que la política no es un derecho hereditario sino una responsabilidad hacia el pueblo. Mientras los Joaquín se aferran a un poder que ya no poseen, los ciudadanos de Cozumel buscan liderazgo y cambio en figuras como José Luis Chacón, quienes representan una nueva era de compromiso y progreso para la isla. En este contexto, Pedrito Joaquín no es más que un eco del pasado, una figura destinada al olvido mientras Cozumel avanza hacia un futuro más prometedor.
Jissel Castro sigue haciendo historia en la XVII Legislatura
La diputada Jissel Castro Marcial. Quien está al frente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (JUGOCOPO) de la XVII Legislatura, ha demostrado que la política puede ser un medio efectivo para promover cambios reales y tangibles en la sociedad. Su reciente esfuerzo, la emisión del Protocolo para Prevenir, Atender y Sancionar la Violencia Laboral contra las Mujeres, es un testimonio de su dedicación a la justicia y la igualdad de género.
En una sociedad donde la violencia laboral contra las mujeres sigue siendo una triste realidad, la iniciativa de Jissel Castro representa un paso crucial hacia un ambiente laboral más seguro y respetuoso en el Poder Legislativo. Este protocolo, publicado en el Periódico Oficial del Estado el 23 de mayo, es más que un documento, es una guía de actuación que establece cómo deben actuar las autoridades para atender de manera eficiente los casos de violencia laboral de género, incluyendo el hostigamiento y el acoso sexual.
La importancia de este protocolo no solo radica en su contenido, sino en la visión detrás de su creación. Jissel Castro ha dejado claro que su objetivo es promover una cultura institucional de igualdad de género, con un enfoque en los derechos humanos y un clima laboral libre de violencia. Este es un enfoque integral que no solo busca sancionar las conductas inapropiadas, también prevenirlas y educar a la comunidad laboral sobre la importancia del respeto y la igualdad.
El protocolo no se queda en la teoría. Se han establecido áreas administrativas con responsabilidades específicas para la atención y sanción de estas conductas, y se implementarán medidas preventivas para fomentar espacios laborales libres de violencia. Además, se dispondrá de un procedimiento de atención con perspectiva de género, que garantizará la no repetición y el acceso a la justicia para las víctimas.
Jissel Castro ha demostrado ser una líder en la lucha contra la violencia laboral de género, además de impulsar otros proyectos importantes en el Poder Legislativo.
La construcción de la nueva cafetería del Congreso es un ejemplo de su compromiso con la mejora de las condiciones laborales. Este proyecto, que incluye la reubicación de la asta bandera y la estatua de Andrés Quintana Roo, así como el mural “De Territorio a Estado: Quintana Roo”, cuenta con los permisos correspondientes de las autoridades culturales y se está llevando a cabo con el máximo cuidado para preservar el patrimonio cultural del estado.
La cafetería del Congreso proporcionará un espacio digno para los trabajadores y visitantes del Poder Legislativo, un reflejo más del enfoque integral de Jissel Castro hacia la mejora del entorno laboral. Su visión y acciones nos recuerdan que el cambio positivo es posible cuando los líderes están verdaderamente comprometidos con el bienestar de la comunidad.
En un mundo donde la política a menudo se percibe como un juego de poder y ego, Jissel Castro Marcial se destaca como un agente de cambio real, demostrando que, con dedicación y valentía, se pueden hacer grandes cosas. Su trabajo no solo mejora la vida de las mujeres y trabajadores en el Poder Legislativo, también establece un estándar de cómo la política puede y debe ser utilizada para promover la justicia y la igualdad.
Y recuerden… esto es sólo para informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario, el Whatsapp, el Facebook, X, la CFE, López, el Covid19, los troles y envidiosos nos lo permiten, nos leemos pronto, Dios mediante, pero que sea XLaLibre.
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