*Jorge Sanén llega a presidir un Congreso histórico, con una mayoría abrumadora de Morena y la 4T
*En un giro desesperado, Lidia Esther ha decidido arremeter contra Morena, el partido que tanto anhelaba representar
Por Joaquín Quiroz Cervantes
Grandes expectativas generan la llegada de Jorge Sanén como presidente de la XVIII Legislatura en Quintana Roo, un personaje con sensibilidad, querido en Morena y, lo más importante, un marista de hueso guinda. Sin duda, representará dignamente tanto al Legislativo como al partido que lo respalda. Este cambio llega como un soplo de aire fresco, especialmente tras la gestión desastrosa de su antecesor, Humberto Aldana, quien pasó por el Congreso sin pena ni gloria, dejando un vacío de liderazgo que hoy por fin parece suplirse con figuras renovadas como Jissel Castro, quien entró hace unos meses y entregó la titularidad del legislativo a Sanén.
Sanén llega a presidir un Congreso histórico, con una mayoría abrumadora de Morena y la 4T; afortunadamente, en esta nueva etapa, destacan figuras que han dejado huella y repiten, como Renán Sánchez Tajonar y María José Osorio Rosas, quienes han sabido posicionar el nombre del Partido Verde.
En contraste, repiten otros legisladores de Morena, como Andrea González, José María Chacón y Ricardo Velasco, parecen destinados a seguir en la intrascendencia por tres años más, limitándose a ocupar una curul sin aportar nada de valor.
Sin embargo, uno de los aciertos de esta legislatura fue sacudirse de encima lastres como Yohanet Torres Muñoz, una exdiputada cuya única distinción fue haber sido pieza del engranaje de saqueo que encabezó Carlos Joaquín. La salida de estos personajes da paso a caras nuevas que generan amplias expectativas. Nombres como Eric Arcila Arjona, Jimena Lasa Aguilar, Alexa Murguía, Jorge Cabrera o Gabriela Mora Castillo prometen aportar dinamismo, mientras que Euterpe Gutiérrez Valasis buscará reafirmar su presencia en esta legislatura.
Pero, como en todo, también hay figuras que, lejos de inspirar confianza, ya se perfilan como el lastre de la legislatura. El caso más representativo es el de José Luis Pech, quien parece destinado a deambular por los pasillos del Congreso como una figura olvidada, incapaz de trascender en su tiempo en el Senado y, ahora, relegado a una curul en la que no se espera mayor contribución. La figura de Pech es tan relevante como la “muñeca fea” de Cri-Cri, escondido en los rincones, temeroso de que alguien lo vea, sin mayor futuro que la inercia legislativa.
Con todo, lo bueno y lo relevante superará lo negativo en esta XVIII Legislatura, donde Jorge Sanén promete liderar con firmeza, contando con el respaldo de la jefa política de Quintana Roo.
Bajo su coordinación, se espera que el Congreso recobre su importancia y que finalmente se convierta en un espacio de relevancia política para el estado, dejando atrás los excesos y ocurrencias de quienes, afortunadamente, ya han sido relegados al olvido, refugiados en municipios ajenos o esperando su turno en el desempleo. Que ahora sí le vaya bien a Quintana Roo.
Lidia Esther Rojas Fabro: la derrota que no acepta su destino
Parece que hay historias que están destinadas a repetirse, y el caso de Lidia Esther Rojas Fabro es un claro ejemplo de ello. Esta regidora electa, quien sufrió una aplastante derrota en las elecciones del pasado 2 de junio, parece haberse convertido en una experta en perder una y otra vez, aunque su necedad la empuje a no aceptarlo.
En un desesperado intento por revertir su destino, solicitó un recuento de votos, y adivinen qué: volvió a perder. Insatisfecha, llevó su demanda al Tribunal Electoral de Quintana Roo, donde también fracasó. Pero la historia no acaba ahí, pues llevó su caso a la Sala Regional de Xalapa, donde, fiel a la costumbre, fue nuevamente derrotada. Finalmente, en un último y patético esfuerzo, recurrió a la Sala Superior del Tribunal Electoral, y una vez más, la respuesta fue la misma: perdió.
Lo que resulta penoso, más allá de la constante negativa de Rojas Fabro a aceptar la realidad, es su incapacidad para entender que su obstinación no solo la deja en ridículo como política, sino que también echa por tierra su credibilidad como abogada. Ella misma se jactó de que asumiría la defensa de su elección, pero lo único que ha demostrado es que como jurista tampoco tiene mucho que ofrecer. De hecho, su carrera parece ser un ciclo interminable de derrotas y malas decisiones.
Lo irónico del asunto es que ahora, en un giro desesperado, Lidia Esther ha decidido arremeter contra Morena, el partido que tanto anhelaba representar. En videos, que parecen sacados de una mala producción amateur, se ha dedicado a atacar a la dirigencia del partido guinda, incluida la primera morenista del estado. Insiste, sin ninguna base, en que fue ultrajada y que ella ganó, cuando ni los votos ni la ley están de su lado, y mucho menos la razón.
Pero lo que realmente revela el carácter de Rojas Fabro es su falta de memoria. No hay que olvidar que, hasta hace poco, mendigaba por un espacio dentro de Morena o del Verde, buscando desesperadamente ser parte de la 4T. Sin embargo, ahora que sus pretensiones han sido rechazadas por la realidad, ha decidido escupir hacia arriba y atacar a las fuerzas políticas que tanto deseaba representar.
Lo único que está logrando con esto es echarse la soga al cuello, demostrando que su verdadera habilidad no es política ni jurídica, sino la de traicionar y encapricharse hasta el último segundo.
Es una lástima que, a pesar de dos derrotas contundentes, Rojas Fabro termine ocupando una regiduría. Sin embargo, en Morena y en el Verde, la lista de aspirantes con verdadero peso político es larga, y de cara a los próximos tres años, hay figuras que seguramente tendrán más méritos y respaldo para contender por una candidatura en Chetumal. Mientras tanto, Lidia, quien ha perdido todo crédito dentro de la 4T, continuará en su espiral de incongruencia, tratando de encajar en algún lado mientras sigue negando la realidad que todos vemos: no tiene cabida en el futuro político de Quintana Roo.
Curva peligrosa…
Por fin, Mi Gas Natural es una realidad en Quintana Roo, y este septiembre comienza a entregar sus primeros pedidos en Playa del Carmen. ¡Pero eso no es todo! Muy pronto también estará en Cancún y Puerto Morelos, trayendo una nueva forma de energía más limpia y accesible para todos. Este es un gran paso hacia un futuro mejor para nuestras comunidades.
Con el centro de descompresión ya listo y las líneas de transporte y distribución casi completas, estamos a punto de vivir un cambio que beneficiará tanto a nuestras familias como a los negocios locales. ¡La energía del futuro ya está aquí y trae consigo una promesa de crecimiento, bienestar y nuevas oportunidades para todos en la región!
Y recuerden… esto es sólo para informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario, el Whatsapp, el Facebook, X, la CFE, López, el Covid19, los troles y envidiosos nos lo permiten, nos leemos pronto, Dios mediante, pero que sea XLaLibre.
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