* Lejos de ser una simple espectadora, la gobernadora está construyendo, paso a paso, un semillero de políticos congruentes con su visión de transformación
*Las figuras alineadas con el proyecto de Mara Lezama seguirán avanzando con fuerza, consolidando el poder en manos de quienes verdaderamente están comprometidos con el futuro del estado
Por Joaquín Quiroz Cervantes
La temporada de informes de gobierno ha llegado a su fin y, como cada septiembre, los engranajes de la política quintanarroense se movieron con fuerza. No solo fueron los informes del Ejecutivo y del Judicial, también los de los once municipios, donde el terreno se prestó para que la jiribilla política saliera a relucir.
A diferencia de épocas pasadas, cuando el gobernador en turno enviaba a sus representantes, Mara Lezama ha cambiado el guion, asistiendo personalmente a cada uno de los eventos municipales. Así, su presencia reafirma el compromiso con las administraciones locales y emite un mensaje claro: en Quintana Roo hay un nuevo liderazgo, y ese liderazgo es participativo, cercano y estratégico.
Mara Lezama, siempre atenta y cordial, capturó la atención de todos los presentes en cada informe, tomando la tradicional foto del recuerdo y observando cuidadosamente a la clase política emergente. Lejos de ser una simple espectadora, la gobernadora está construyendo, paso a paso, un semillero de políticos congruentes con su visión de transformación, quienes formarán parte de lo que ya muchos empiezan a llamar “el Marismo”.
Y es que no es para menos: el poder que hoy concentra Mara Lezama es histórico. Con una legislatura estatal dominada por Morena y el Verde, 21 de los 25 diputados locales pertenecen a la 4T. Varios de ellos, incluyendo al titular del Poder Legislativo, Jorge Sanén, son producto de esa formación política que Lezama ha sabido consolidar. En el Poder Judicial, la influencia marista también se hace sentir, con figuras como Heiden Cebada liderando reformas y colocando a sus aliados estratégicos.
Sin embargo, los verdaderos movimientos están por venir. En el cierre de 2024, las tomas de protesta de los presidentes municipales que dirigirán sus respectivos ayuntamientos por los próximos tres años marcarán el siguiente capítulo en la política de Quintana Roo.
Algunos buscarán consolidarse y proyectarse hacia nuevas metas políticas, mientras que otros, inevitablemente, enfrentarán el ocaso de sus carreras. Es aquí donde el papel de Mara Lezama se vuelve crucial: debe seguir fortaleciendo liderazgos, especialmente en el sur del estado, donde la renovación política es una necesidad imperante.
Municipios como Othón P. Blanco requieren cuadros preparados, con visión y experiencia, y no figuras caprichosas como la regidora naranja, aunque haya algunos ilusos que piensan que es lo que merece y salvará a Chetumal, pero lejos de aportar parece empeñada en desvirtuar el futuro de dicho municipio.
Por otro lado, la llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia de la República, el próximo 1 de octubre, reconfigurará el escenario político nacional y, sin duda, Quintana Roo será una de sus prioridades.
La relación entre Sheinbaum y Lezama será crucial para la próxima etapa de transformación en el estado. Sin embargo, también es cierto que este nuevo orden político traerá consigo la purga de aquellos que no estén a la altura de las circunstancias.
Figuras que, aunque hoy gozan de cercanía al poder, no tardarán en ser relegadas si continúan entorpeciendo el avance de la administración estatal y municipal. Los achichincles y personajes secundarios que se sienten más poderosos que sus propios jefes encontrarán su final en este nuevo ciclo político.
Es en este contexto donde veremos cómo los municipios se fortalecerán o, en el peor de los casos, se convertirán en refugios para aquellos que buscan una última oportunidad de sobrevivir políticamente.
El reto es claro: no permitir que los municipios se conviertan en arcas de Noé, donde algunos políticos busquen salvarse del olvido. En los próximos meses, el escenario político de Quintana Roo continuará en transformación, y quienes no estén a la altura de las demandas de este nuevo ciclo serán relegados, mientras que las figuras alineadas con el proyecto de Mara Lezama seguirán avanzando con fuerza, consolidando el poder en manos de quienes verdaderamente están comprometidos con el futuro del estado.
La brújula política de Mara Lezama sigue apuntando en la dirección correcta, y los meses venideros serán testigos de los cambios necesarios para asegurar que Quintana Roo siga avanzando, no solo en términos políticos, sino también en el desarrollo de liderazgos comprometidos con el bienestar de su gente.
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