*La mandataria quintanarroense logró lo que pocos: traer a un ícono internacional como Sting a presentarse en el corazón de Tulum de forma gratuita para la ciudadanía
Por Joaquín Quiroz Cervantes
Por más fuerte que pueda ser la famosa marca Morena, al menos en Quintana Roo, esta solo hace un binomio exitoso si va acompañada del respaldo del marismo.
Porque hemos visto que, por muy morenos que sean algunos, y por mucho que se hayan colgado del efecto “peje” para llegar a un cargo de elección popular, la única que ha formado y creado una nueva clase política real, que ha ido creciendo y fortaleciéndose, es la jefa política en la entidad: Mara Lezama.
Lo demás son quimeras, sueños y voluntades, ya que sin la sinergia entre el morenismo y el marismo, las fórmulas son solo experimentos y, en algunos casos, sueños sin sustento.
Corría el año 2018, y la elección del hoy expresidente López trajo consigo la suma de diversos cuadros que, con la oleada guinda, se fueron convirtiendo en políticos algunos tremendos fiascos.
Una vez que se despegaron del efecto López y enfrentaron su realidad, se quedaron como un castillo de naipes que se volatizó y no sirvió de nada.
Ejemplo de esto es José Luis Pech, quien fuera el primer dirigente de Morena en Quintana Roo, y que por ello fue auto ungido como presidente del partido.
En 2016, fue candidato al gobierno del estado y, después, se sirvió con la cuchara grande para ir como senador, colgándose del efecto López para llegar a la cámara alta.
Pero al hacer berrinche por no ser ungido como candidato al gobierno quintanarroense en 2022, recogió su capital político y se fue a Movimiento Ciudadano, instituto que secuestró y en el que participó como candidato a la gubernatura pensando ilusamente que se sumarían los adeptos gracias a su encanto y figura carismática.
¿Y cuál fue la sorpresa para Pech y alguno que otro iluso que lo siguió? Que estrepitosamente perdió en las urnas, y en el Congreso del Estado, en ese 2022, como en 2024, no le alcanzó más que para una curul plurinominal sin pena ni gloria. En los municipios, fuera de hacer el ridículo y obtener dos o tres posiciones de regidores, no obtuvo algo más.
En tanto, en su sueño guajiro, MC reclutó a exmorenos que pensaban que eran grandes figuras por ellos mismos y no por ir en la ola guinda.
Ahí recalaron personajes como Jesús Pool y Reyna Durán, quienes dieron pena ajena en los siguientes comicios. Reyna Durán perdió estrepitosamente y Jesús Pool fue derrotado en dos ocasiones consecutivas: una con las siglas de PAN-PRD y otra como MC. Hoy vegeta como un regidor naranja del montón sin trascendencia alguna.
Otros casos de morenas ungidas por el efecto López fueron Patricia Palma y Adriana Teissier, quienes obtuvieron diputaciones federales que les quedaron grandes, y así como llegaron se tuvieron que ir, no solo de sus curules, sino de la política.
Laura Fernández Piña, aliada de la 4T por el Verde Ecologista, por poco pierde en 2021 la diputación federal siglada por Verde, Morena y PT.
En 2022, auspiciada por su padrino “Chespirito”, se postuló por el PAN-PRD en busca de la gubernatura, donde perdió frente a Mara Lezama. Su paso por la política es historia y un pésimo recuerdo en la memoria de los quintanarroenses.
Si bien es cierto que Morena ha sido una marca fuerte, su match importante ha sido gracias al marismo.
Su momento cumbre fue en 2024, cuando el referente principal en las votaciones fue el gran trabajo que Mara Lezama ha hecho tanto en Benito Juárez como en el gobierno estatal.
Gracias al marismo, se consolidaron importantes triunfos y figuras que hoy son pilar y vanguardia de la historia quintanarroense.
Más allá de ir por Morena, lo que les hizo triunfar y, en algunos casos arrasar, fue el respaldo irrestricto y apoyo de Mara Lezama. Eso es lo que cuenta, y quien no lo vea realmente es un ciego, un ignorante o un poco de ambos.
El canto de las sirenas para alguno que otro detractor es parte del show, y esto se debe a que saben bien que quienes suspiren y aspiren, más allá de ir con un partido, tienen que contar con el visto bueno, aceptación, cercanía y respaldo de Mara Lezama.
Obviamente, quienes no son cercanos, no han hecho equipo y están en otra sintonía, otra latitud y otros intereses, sencillamente no tendrán cómo hacer algo trascendente en Quintana Roo en el mediano plazo. Porque Quintana Roo más que ser morenista es marista, y eso no está a discusión.
Obviamente, esto enroncha a varios que piensan que una golondrina hace primavera, aunque sea en tierras lejanas y gélidas.
No es lo mismo los chocolates suizos que las bananas tabasqueñas, ni el conocer y palpar todos los días en territorio un Quintana Roo que es cambiante, que se ha transformado y que es muy distinto a lo que era no hace 10 o 15 años, sino a lo que era el sexenio pasado.
Eso saca ronchas. Y, obviamente, en la rebatinga nacional y en la hambruna y repartición del poder en las cámaras de senadores y diputados, el botín no es menor.
Mientras la rapiña anda con todo, Mara Lezama está en sinergia, acuerdos y trabajo en conjunto con su par federal, Claudia Sheinbaum.
De ahí vienen las grillas, los golpes bajos, y son tan domésticos los autores y autoras de estas guerritas que tienen nombre y apellido. Además, no es algo nuevo; envueltos en novedad se quieren ver como nuevas y nuevos, cuando está visto que chango y changa vieja no aprenden maroma nueva.
Sting en el Caribe Mexicano, cortesía de Mara Lezama
En el ajedrez político no basta con mover piezas, hay que saber cuándo y cómo hacerlo. Y, una vez más, la gobernadora Mara Lezama demuestra que su estilo de gobernar va más allá del escritorio y los discursos; su liderazgo se siente, se vive y, en esta ocasión, se escucha.
Gracias a una atinada gestión personal –y vale subrayarlo, personal– con la prestigiada empresa de espectáculos Zamna, la mandataria quintanarroense logró lo que pocos: traer a un ícono internacional como Sting a presentarse en el corazón de Tulum, y hacerlo además de forma gratuita para la ciudadanía. Un regalo cultural que trasciende lo musical y se convierte en un acto de visión de Estado.
No es casualidad. Esto ocurre en el marco del 50 aniversario de Quintana Roo, un momento clave para proyectar las bellezas naturales del Caribe Mexicano, así como el nuevo rostro de un gobierno cercano, humano y con vocación global. Con el nacimiento del Mexican Caribbean Music Fest, se escribe un nuevo capítulo en la historia del turismo cultural en la entidad.
Sting, con una carrera que ha surcado décadas, generaciones y corazones, llegará a un escenario natural incomparable, en un evento que no solo pondrá a bailar a miles, sino que colocará a Tulum en la mira del mundo, consolidando a Quintana Roo como el epicentro del turismo musical de alto nivel en América Latina.
Mara Lezama lo sabe: el turismo del siglo XXI ya no solo busca sol y playa. Busca experiencias, identidad, conexión emocional. Y con esta clase de eventos –que evocan la grandeza del recordado Festival de Jazz de la Riviera Maya, pero con una visión renovada–, se confirma que estamos ante una Nueva Era del Turismo, como bien lo ha definido la propia gobernadora.
Más allá del espectáculo, el mensaje es claro: en Quintana Roo se gobierna con pasión, estrategia y resultados. Esta gestión, que entiende que el desarrollo cultural es motor económico, demuestra que cuando hay voluntad política y talento para generar alianzas con el sector privado, las fronteras se disuelven, y las oportunidades florecen.
Así, Mara Lezama no solo trae a Sting, trae una narrativa distinta, una nueva forma de gobernar donde el arte y el turismo se abrazan, donde los beneficios se sienten en todos los sectores y donde el acceso a la cultura deja de ser un lujo para convertirse en un derecho.
Nos vemos el 17 de mayo en Tulum. Porque en el Caribe Mexicano también suena la transformación.
Curva peligrosa…
La llegada del gas natural a Cancún, Playa del Carmen y Puerto Morelos, de la mano de Mi Gas Natural, marca un parteaguas importante para el desarrollo energético de la región.
En el ámbito empresarial, esta iniciativa reduce costos operativos y mejora la competitividad de sectores clave como la hotelería, la restauración y la industria turística en general.
Desde el punto de vista social, representa un beneficio directo para miles de familias, al brindar una fuente de energía más accesible, segura y continua.
En el aspecto ambiental, el gas natural emite menos contaminantes, ayudando a disminuir la huella de carbono y a preservar el paraíso natural del Caribe mexicano. Con este proyecto, Mi Gas Natural no solo conecta tuberías, sino también progreso, bienestar y sostenibilidad.
Y recuerden… esto es sólo para informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario, el Whatsapp, el Facebook, X, la CFE, López, el Covid19, los troles y envidiosos nos lo permiten, nos leemos pronto, Dios mediante, pero que sea XLaLibre.
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