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Regalar dinero, despensas, comida, café, es lo mismo cuando se habla de dádivas con maña para ganarse la simpatía de la gente que podrá participar en la jornada electoral del próximo 2 de junio. Aún existen los partidos políticos que utilizan este tipo de estrategias de campaña para comprar votos.
Son pequeños beneficios o regalos personales y directos para conseguir simpatías en un proceso electoral en el que lo legal y permitido es repartir utilitarios, como textiles, viniles o impresos, con la imagen de las o los candidatos.
Estas prácticas electoreras dan muestra de la falta de una política legítima en donde deberían prevalecer las buenas propuestas y las acciones contundentes a favor del bienestar de la ciudadanía, y no basarse solamente en un efímero placer a cambio de un periodo de mal gobierno o legislación.
